El Webmaster es un gorila muy grande y muy listo, que vive en lo alto de una montaña construida con vigas en forma de tres uves dobles. En la parte más alta de la montaña, allí donde nunca nadie se atrevió a llegar antes, el malvado Webmaster tiene cautiva a su Web, una princesa muy guapa y presumida que sueña con que un príncipe azul la visite y la indexe para siempre.
Todos los días cientos de intrépidos navegadores y buscadores llegados de todos los confines del mundo emprenden un viaje hacia lo alto de la montaña con el firme propósito de rescatar a la joven web de las garras del temible Webmater.
Pero ésta no será una empresa sencilla, porque tendrán que sortear los innumerables peligros que se interpondrán en su camino: imágenes sin texto alternativo, redirecciones javascript, páginas sin títulos, frames, tablas, flash y muchas otras barreras que harán que su visita se convierta en una aventura que no olvidarán.
Un buen día el Webmaster cansado de que su web no apareciera en los primeros puestos para los términos de búsqueda más relevantes en su sector se dijo a si mismo: Esto se ha acabado – y ni corto ni perezoso comenzó a aprender SEO.
Dicho y hecho, en pocas semanas optimizó su Web orgánicamente, consiguió un buen puñado de links desde Sites relevantes y observó con gran satisfacción como su web no sólo había mejorado su presencia en los buscadores, sino que además, su tráfico orgánico había subido como la espuma y lo que es aún mejor, sus ventas online se habían disparado.
Y colorín colorado, este cuento, con moraleja aplicable a tu negocio web, se ha acabado.